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ORGANIZACIÓN PLURICELULAR

BIOLOGÍA Y GEOLOGÍA

4. TEJIDOS VEGETALES

Los vegetales pueden continuar el crecimiento durante toda su existencia, al contrario que los animales, que dejan de crecer a determinada edad. Por otro lado, en los vegetales el crecimiento se debe casi en exclusiva a un tipo de tejido, el meristemático, que conserva las características de un tejido embrionario. Los meristemos forman nuevas células que crecen y se diferencian en tejidos que ya no pueden dividirse, los tejidos adultos o definitivos. Otra diferencia entre tejidos animales y vegetales es que éstos últimos carecen de sustancia intercelular.

4.1. TEJIDOS MERISTEMÁTICOS O MERISTEMOS

Los meristemos están formados por células sin diferenciar. Estas células se dividen constantemente y producen el crecimiento de la planta y, mediante diferenciación, los demás tejidos. Las células meristemáticas son pequeñas, con formas regulares, sin vacuolas, de paredes delgadas y grandes núcleos. Se hallan muy unidas entre sí, sin espacios. Hay dos tipos de meristemos: primarios y secundarios. a. Meristemos primarios: producen crecimiento en longitud o crecimiento primario. Se hallan en los extremos de tallos y raíces. b. Meristemos secundarios: originan el crecimiento en grosor o crecimiento secundario. Forman anillos alrededor de tallos y raíces. Se forman en el 2º año de vida de la planta. Existen dos tipos de meristemos secundarios: el cambium (forma los tejidos conductores) y el felógeno (da una capa protectora hacia afuera llamada súber o corcho, y una capa hacia adentro llamada felodermis).

4.2. TEJIDOS ADULTOS O DEFINITIVOS

Son tejidos con células diferenciadas y especializadas que, en general, han perdido la capacidad de dividirse. Se clasifican en: secretores, protectores, de sostén, parenquimáticos y conductores o vasculares. 4.2.1. TEJIDOS SECRETORES Elaboran sustancias como esencias, resinas o gomas. Según su posición pueden ser: externos e internos. Tejidos secretores externos: se hallan en la epidermis. Son tricomas glandulares que segregan sales, esencias, néctar, sustancias urticantes o enzimas digestivas (plantas carnívoras ). Tejidos secretores internos: bolsas o canales en el interior de la planta. Tubos laticíferos (secretan látex) y conductos resiníferos, muy abundantes en coníferas (pinos, abetos, cedros…). 4.2.2. TEJIDOS PROTECTORES Recubren los órganos vegetales y los protegen de agentes externos y de la pérdida de agua o nutrientes. Los principales son: epidermis, rizodermis y súber. Epidermis: recubre hojas y tallos jóvenes. Una única capa de células planas, muy unidas, sin cloroplastos y con grandes vacuolas. En su parte externa llevan una cutícula , capa de cera impermeable que impide el paso de agua y gases, obligados a pasar por estructuras especiales, los estomas. Algunas células de la epidermis se convierten en pelos o tricomas, con funciones variadas: aislante térmico, secreción, protección contra animales, etc. Rizodermis: recubre las raíces jóvenes y la zona pilífera en todas las raíces. Forma pelos radicales que absorben agua y sales. Súber: recubre tallo y raíces de plantas adultas. Células muertas, llenas de aire, cuya pared contiene suberina, sustancia protectora que forma el corcho. El súber presenta lenticelas, perforaciones para el intercambio gaseoso. 4.2.3. TEJIDOS DE SOSTÉN Actúan como una especie de esqueleto vegetal gracias a sus células con paredes muy engrosadas. Se hallan en el interior de la planta y pueden ser de dos tipos: colénquima y esclerénquima. Colénquima: sujeción en órganos jóvenes. Tiene células vivas con paredes engrosadas en diferentes puntos, dándoles resistencia, flexibilidad y elasticidad. Forma filamentos en nervios de hojas y superficie de tallos. Esclerénquima: sujeción de órganos adultos. Células muertas, debido a que sus paredes, muy engrosadas, presentan lignina. Tiene dos tipos de células: fibras (a veces usadas como textiles: algodón, lino, cáñamo) y células pétreas o esclereidas (cáscaras de semillas, carne de frutas como las peras). 4.2.4. TEJIDOS PARENQUIMÁTICOS O PARÉNQUIMAS Rellenan espacios entre tejidos y tienen importantes funciones. Junto a los de sostén forman el sistema fundamental. Tienen células vivas, redondeadas, de paredes delgadas, con vacuolas de reserva y muchos plastos. Tienen huecos entre sí que se comunican con estomas y lenticelas para el paso de gases. Según su función se distinguen varios tipos: clorofílico, de reserva, aerífero y acuífero. Parénquima clorofílico o asimilador: en partes verdes de las plantas. Sus células contienen numerosos cloroplastos que realizan fotosíntesis. Especialmente abundante en hojas. En el haz de las hojas las células son prismáticas y muy unidas (parénquima en empalizada). En el envés, son células redondeadas con grandes huecos entre sí (parénquima lagunar). Parénquima de reserva: tienen células sin clorofila, encargadas de almacenar sustancias de reserva para la planta: almidón y otros glúcidos, proteínas, lípidos Se hallan en órganos no expuestos a la luz: raíces, semillas, bulbos, tubérculos Parénquima aerífero: sus células dejan grandes huecos entre sí (meatos) para la circulación del aire o como órgano de flotación en plantas acuáticas. Parénquima acuífero: con células que almacenan agua. Típico de plantas de climas áridos (xerófitas), como las cactáceas. 4.2.5.TEJIDOS CONDUCTORES O VASCULARES Son los más complejos. Transportan savia por toda la planta. Sus células suelen ser alargadas en la dirección del transporte y muchas veces se unen formando tubos conductores largos y finos. Existen dos tipos: xilema y floema. Xilema o leño: con células muertas de paredes engrosadas. Transportan la savia bruta desde las raíces a las partes fotosintéticas y dan soporte a la planta. Tiene varios tipos de células: elementos traqueales (transporte), fibras del xilema (sostén) y células parenquimáticas (almacén). Los elementos traqueales son fibras de células cilíndricas, muertas, con paredes engrosadas de lignina. Existen dos tipos de elementos traqueales: tráqueas y traqueidas: Tráqueas: células unidas en tubos continuos llamados vasos. La pared que comunica dos células adyacentes está perforada o desaparece, facilitando el transporte. Traqueidas: células largas, de extremos afilados, con tabiques transversales oblicuos y con perforaciones. Floema o líber: células vivas. Transporta la savia elaborada desde las partes fotosintéticas al resto de la planta. Consta de varios tipos de células: elementos o tubos cribosos, células acompañantes, fibras de esclerénquima y células parenquimáticas. Los elementos o tubos cribosos se forman por la superposición de células cribosas, células cilíndricas vivas con la pared compartida perforada formando las placas cribosas. Aunque vivas, estas células carecen de núcleo, por lo que para su subsistencia dependen de células acompañantes, que colaboran con ellas. En climas templados, los poros de la placa cribosa quedan obstruidos por un polisacárido llamado calosa, que impide la circulación de la savia. En primavera, la calosa se disuelve y se reinicia la circulación.

5. ORGANIZACIÓN VEGETAL

Los vegetales presentan una organización más simple que los animales, pues tienen menos tejidos y órganos. Según su complejidad, la organización vegetal puede ser de dos tipos: talofítica y cormofítica.

5.1. ORGANIZACIÓN TIPO TALO O TALOFÍTICA

Es la más simple. Su estructura celular es homogénea, sin una diferenciación clara en tejidos. El talo es una masa de células muy semejantes, que no se diferencian en tejidos y órganos, aunque pueden realizar funciones algo diferentes. Típica de vegetales acuáticos o de medios muy húmedos: algas, hongos, musgos, líquenes.

5.2.ORGANIZACIÓN TIPO CORMO O CORMOFÍTICA

Las células forman tejidos especializados que dan órganos. Esta organización se desarrolló evolutivamente cuando las plantas conquistaron la tierra firme y desarrollaron estructuras protectoras contra la desecación, para el sostén y para distribuir nutrientes. El cormo consta de tres órganos principales: raíz, tallo y hojas. En estos órganos encontramos tres sistemas con diferente disposición: sistema dérmico (tejidos protectores), sistema vascular (tejidos conductores) y sistema fundamental (tejidos secretores, de sostén y parenquimáticos). La organización cormofítica es propia de pteridofitas (helechos) y espermafitas (plantas con semillas).

6. ÓRGANOS DE LAS PLANTAS

VASCULARES

Las plantas cormofíticas o vasculares constan de una parte subterránea, la raíz, y una parte aérea, el vástago (formado por tallo y hojas).

6.1. LA RAÍZ

Órgano normalmente subterráneo, de crecimiento ilimitado hacia el interior de la tierra. Las raíces actúan de sostén, absorben agua y sales y en ocasiones acumulan reservas. Estructura de la raíz La raíz puede presentar dos tipos de estructura: primaria (en plantas anuales o de menos de un año, con crecimiento sólo en longitud); y secundaria (en plantas de más de un año, con crecimiento en grosor). Estructura primaria: en un corte a nivel de los pelos radicales se aprecian dos zonas concéntricas: el cilindro cortical o corteza y el cilindro central o vascular. Cilindro cortical o corteza: abarca la rizodermis con los pelos radicales, el parénquima cortical (con varias capas de células que almacenan biomoléculas) y la endodermis, una capa única que delimita internamente la corteza. Cilindro central o vascular: contiene al xilema y al floema, en radios alternos, inmersos en el parénquima medular o médula y rodeados por el periciclo, capa meristemática que origina las raíces secundarias. Estructura secundaria: la raíz adulta presenta dos nuevas capas que son meristemos, es decir, zonas de crecimiento. Por un lado está el cambium, en el cilindro vascular, separando xilema y floema. Así, el cambium produce anualmente capas de floema o líber hacia el exterior y xilema o leño hacia el interior. El otro meristemo presente es el felógeno, situado en el parénquima cortical, y que produce súber protector hacia el exterior y felodermis hacia el interior.

6.2. EL TALLO

El tallo suele ser la parte aérea de la planta. Tiene crecimiento ilimitado en contra de la gravedad y en él se desarrollan hojas y flores. El tallos sostiene hojas, flores y frutos, conduce la savia en todas direcciones y almacena sustancias de reserva. Estructura del tallo Como en la raíz, el tallo tiene una estructura primaria en plantas jóvenes y una estructura secundaria en las de más de un año. Estructura primaria: presenta dos cilindros concéntricos: el cilindro cortical o corteza y el cilindro central o vascular. Cilindro cortical o corteza: formado por la epidermis, con estomas pero sin cloroplastos; el parénquima cortical, con varias capas con cloroplastos; y la endodermis, que tiene células con granos de almidón. Cilindro central o vascular: formado por el xilema y floema, agrupados en haces mixtos, con el líber hacia afuera y el leño hacia adentro. En medio hay haces de parénquima medular o médula, almacén de sustancias. Rodeando el conjunto hay varias capas de periciclo. Estructura secundaria: similar a la de la raíz. Entre xilema y floema aparece el cambium, que formará capas anuales de líber al exterior y leño al interior. Igualmente, aparece un felógeno en el cilindro cortical, formando felodermis al interior y súber o corcho al exterior. En plantas monocotiledóneas no existe estructura secundaria y, por tanto, no hay crecimiento en grosor, pues suelen ser herbáceas.

6.3. LA HOJA

Las hojas son estructuras generalmente laminares, de crecimiento limitado, que aparecen en los nudos del tallo. Las hojas son los principales órganos fotosintéticos gracias a sus numerosas células con cloroplastos. También se encargan del intercambio de gases. Morfología de la hoja Una hoja típica consta de las siguientes partes: Vaina: base de la hoja, donde se inserta en el tallo. Puede presentar pequeñas hojas secundarias llamadas estípulas. Peciolo: pedúnculo que une el limbo al tallo. Se continúa con el nervio central de la hoja, el cual puede ramificarse o dar nervios paralelos. Si no hay peciolo se dice que las hojas son sentadas. Limbo: parte normalmente laminar, ancha, Tiene una cara superior o haz y otra inferior o envés. En el limbo sobresalen los nervios, haces de vasos conductores procedentes del tallo. Estructura de la hoja En un corte transversal de una hoja se aprecian, desde el haz al envés, las siguientes capas: Epidermis superior: una única capa de células que cubre el haz, puede tener algunos estomas y, a veces, pelos. Sobre ella se sitúa la cutícula, que impermeabiliza la hoja. Mesófilo o parénquima clorofílico: contiene células con cloroplastos que realizan la fotosíntesis. Las células cercanas al haz son prismática, muy juntas, y forman el parénquima en empalizada. En el envés las células son redondeadas, con grandes huecos entre ellas que se comunican con los estomas, formando el parénquima lagunar. Epidermis inferior: similar a la superior, pero con numerosos estomas y una cutícula más fina. Nervios: entre las células del mesófilo se sitúan haces conductores, con xilema y floema, que suelen sobresalir en la superficie de la hoja formando nervios.
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Para ir a donde no se sabe hay que ir por donde no se sabe.” San Juan de la Cruz “It must be a strange world not being a scientist, going through life not knowing--or maybe not caring about where the air came from, where the stars at night came from or how far they are from us. I WANT TO KNOW” Michio Kaku “Nullius in verba” Robert Boyle, Christopher Wren y Robert Hooke
Tubos cribosos
Traqueidas
Tráqueas
Atlas de histología Universidad Zaragoza Atlas de histología Universidad Zaragoza

1º BTO