3. LA EXPANSIÓN DEL UNIVERSO
Hasta principios del siglo XX se pensaba que nuestra
galaxia, la Vía Láctea era todo el universo existente.
Pero en 1924 Edwin Hubble descubrió que algunas de
las “estrellas” que se observan en el cielo nocturno son
en realidad otras galaxias similares a la nuestra y con
miles de millones de estrellas.
El propio Hubble hizo otro asombroso descubrimiento
años más tarde. Al medir la distancia y velocidad de las
galaxias lejanas halló que todas se alejan de la nuestra
y, cuanto más lejos están, a más velocidad se
desplazan.
3.1. LA VELOCIDAD DE LAS GALAXIAS
La luz procedente de las estrellas y galaxias puede
descomponerse en los colores del arco iris mediante un
espectroscopio, obteniendo su espectro.
Sobre este espectro aparecen líneas oscuras que
corresponden a elementos presentes en el gas
interestelar. Se obtiene así una especie de código de
barras o huella dactilar de cada galaxia.
Cuando Hubble comparó los espectros de algunos
elementos obtenidos en el laboratorio con los obtenidos
de las galaxias, notó que casi todos los estelares
aparecían desplazados hacia el rojo.
Ese desplazamiento se debe al efecto Doppler (el
mismo que aparece en sonidos procedentes de fuentes
en movimientos, como vehículos con sirena). En el caso
de la luz, significaba que las galaxias que la emitían se
estaban alejando.
Al estudiar la distancia a esas galaxias vio que, cuanto
más lejanas, más desplazamiento al rojo, es decir, eran
más veloces.
3.2. DISTANCIA ENTRE ESTRELLAS Y GALAXIAS
Para calcular la distancia desde la Tierra a las estrellas
se emplean diversos métodos.
Para estrellas cercanas se puede usar el paralaje. El
paralaje es el diferente ángulo con el que vemos un
objeto al cambiar nuestra posición. Como la Tierra gira
alrededor del Sol, vemos las estrellas con diferente
ángulo a lo largo del año. Un simple cálculo
trigonométrica da la distancia.
Pero para estrellas muy lejanas o galaxias, este método
no sirve, pues la diferencia de ángulo no es perceptible.
Sin embargo, los astrónomos tienen un método
alternativo desarrollado por la astrónoma Henrietta
Leavitt en 1912: las cefeidas.
Las cefeidas son estrellas variables, estrellas que
cambian periódicamente de brillo. Leavitt descubrió que
las cefeidas tenían un periodo de cambio proporcional
a su brillo, es decir, que sabiendo su periodo podemos
determinar su brillo. Y si conocemos su brillo aparente y
el real, podemos saber a qué distancia están.
Localizando cefeidas en galaxias distantes podemos
calcular lo lejos que se encuentran.
“Para ir a donde no se sabe hay que ir por donde no se sabe.” San Juan de la Cruz
“It must be a strange world not being a scientist, going through life not knowing--or
maybe not caring about where the air came from, where the stars at night came
from or how far they are from us. I WANT TO KNOW” Michio Kaku